miércoles, 17 de agosto de 2011

¿SOMOS ENTRENADORES MEDIO BUENOS O MEDIO MALOS?

Presentado por: Adolfo Rodríguez Duarte.


EL ENTRENADOR

“Hay hombres que luchan un día y son buenos,
Hay hombres que luchan un año y son mejores,
Hay hombres que luchan varios años y son muy buenos,
Hay hombres que luchan toda la vida, estos son indispensables”.

        Cualquiera que esté suficientemente interesado en el juego, como para estudiar, trabajar, desarrollar su personalidad y su capacidad de entrenar, quien confíe en el espíritu deportivo, en la ética y el valor del carácter; quien lea libros, artículos e investigaciones; quien sienta que un día de 24 horas es muy corto; quien piense en el fútbol al despertarse, mientras se afeita, al desayunar, camino al trabajo; antes de las prácticas, en el cine, cuando se pide un lápiz prestado para anotar una jugada y finalmente se acueste con un lápiz y una hoja al alcance de la mano, para que sus sueños, pesadillas y sonambulismos técnico-tácticos puedan ser aplicados en la próxima práctica.

Cualquiera que pueda hacer esto, y espere la mañana siguiente para reanudar este proceso, y le guste, puede entrenar.
No debe tomarse muy en serio todo lo dicho anteriormente, pero si tener presente la idea general.

Adaptación de un texto de Clair Bee.



CALIDAD TOTAL: EN BUSCA DE ELLA


Buscamos un fútbol de calidad, hecho a nuestra imagen y semejanza, entonces, ¿Por qué copiamos modelos y tareas de entrenamiento?, ¿Podemos entrenar todos, y en cualquier contexto (categoría, nivel) de la misma forma aplicando una metodología única?, ¿Es igual entrenar un equipo profesional a uno amateur?, ¿Tienen los mismos objetivos?. Por estos motivos, no entiendo lo de copiar o imitar modelos de entrenador y de entrenamiento, cada uno debe tener la suya, eso si fundamentada y defendida por sus estudios y experiencia, pero sobre todo por su forma de ser y por sus creencias. Si como entrenadores estamos trabajando como nos gusta, defendiendo los valores en los cuales nos sentimos identificados, pues esa es nuestra metodología, ese es nuestro modelo de juego.

Cuando nos ponemos al frente de un grupo humano y adquirimos el compromiso de convertirnos en su entrenador, estamos aceptando entre otras estas funciones:

Educador: Como agente acompañante y posibilitador de un proceso en el cual la persona se va formando, madurando y proyectando al mundo todo su potencial.

Administrador: Distribución de funciones, responsabilidades, deberes y derechos en el cual cada jugador se va formando, madurando y proyectando al mundo todo su potencial.
Técnico: Los elementos que combina para trabajar y presentar una propuesta de juego sólida, para alcanzar los objetivos deseados.

        Existen además tres aspectos, que como entrenador y como persona se debe tener en cuanta al dirigir y orientar deportistas; nos referimos a la honestidad, vida privada y profesional intachable y temperamento o carácter; mientras más idónea sea la preparación profesional, mientras más capacidad se posea, más realce tienen estos aspectos.


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