Cuando una persona se coloca al
frente de un grupo de niños o jóvenes con la intención de aportar su grano de
arena en la formación de estos, debe tener en cuenta, y tener un sumo cuidado
en el trato, y sobre todo en reconocer que aspectos puede aportar para que la
vida de las personas que se encuentran a su “cargo”, pueda ser mejor.
Se ha puesto muy de moda en el
mundo del deporte base las palabras formación y valores. Pero realmente ¿Somos
consientes de cuáles son estos valores y en qué consiste la formación? Es muy
fácil darse publicidad, lo difícil es ser coherentes y sobre todo entender que
es lo que se puede aportar, ¿qué es lo que está al alcance del profesor? Veo
demasiados equipos o dirigentes, entrenadores, profesores y demás, colgarse la medalla de formación y valores:
yo lo llamaría deformación y anti-valores. Quiero recordar también, que la mafia,
los narcotraficantes y los corruptos, también manejan un código de “valores”.
No quiero entrar en detalles (no
podría terminar el artículo), pero me cansa ver que jugadores en diferentes
disciplinas deportivas del deporte base, abandonen pronto la misma por
aburrimiento, porque no se divierten, me cansa ver a entrenadores-formadores,
sacar pecho por haber enseñado a no sé
cuál jugador a regatear, golpear, lanzar, sabiendo que eso no se enseña, que
puede proponer las tareas para que el niño participe con motivación y deseo de
mejorar, pero se olvida de un principio fundamental en la relación
enseñanza-aprendizaje: NO SE ENSEÑA, SE APRENDE.
Me preocupa, que la mayoría de
los niños y jóvenes sean hoy en día sedentarios, y que cuando hacen educación
física o el deporte en cuestión, no encuentren una alternativa para que piensen
a través de su cuerpo.
Estamos en pleno siglo 21 y aún
las estrategias de educación no cambian, mis hijos reciben la misma formación
académica que recibí yo hace treinta años, sin entender que es un mundo
distinto y sobre todo que estos niños son más evolucionados que los de mi
generación. Un ejemplo: Hace poco mi hijo hacía el examen de educación física
en su instituto, el mismo consistía en hacer una cantidad mínima de abdominales
en cierto tiempo, en recorrer el máximo de distancia, en lanzar un balón
medicinal a no se cuanta distancia, es decir, parecía más una oposición a
bomberos, que una clase de Educación Física. ¿No sería mejor que hiciera bien
un abdominal, que se dieran cuenta de su poca higiene corporal, que la
educación física se debe destinar a comprender como funciona nuestro cuerpo y
darle la oportunidad de expresarse?
Llevo más de 18 años entrenando
en el fútbol base, y me asombra la poca preocupación que reciben estos niños
por su futuro. Los entrenadores queremos ganar, no importa cómo, que hagan
saltos de vallas, sentadillas, abdominales, no importan la calidad de los
mismos, si importa la cantidad. Cada vez
me asombra más ver niños que en su etapa de crecimiento presentan las
dismetrías propias del mismo, y me asombra la poca atención que tenemos sobre
ello. ¿Por qué no se emplea tiempo en favorecer que hagan bien el abdominal, la
sentadilla? ¿Por qué, no se les cuida la espalda o columna con ejercicios para
fortalecer la misma? Sencillo, porque pensamos que lo importante es ganar el
fin de semana, no que esos niños crezcan sanos y fuertes, no, lo importante es
que quedemos campeones.
¿Educación? ¿Formación?
¿Valores?, hay una buena forma de “Enseñarlos”, la mejor y más sencilla: Dando
el ejemplo, y para ello queridos entrenadores, profesores y monitores: Hay que
formarse.
Cómo siempre se habla en este
artículo de forma general, y no soy justo, hay algunos que si son verdaderos
formadores, algunos para los que el resultado del fin de semana es sólo una
consecuencia, algunos que saben que es más importante que los niños crezcan
sanos y felices que si el niño aprueba o no la asignatura, esos son los
verdaderos MAESTROS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario