domingo, 7 de septiembre de 2014

¿EDUCACIÓN?, ¿FORMACIÓN?, ¿VALORES?

Cuando una persona se coloca al frente de un grupo de niños o jóvenes con la intención de aportar su grano de arena en la formación de estos, debe tener en cuenta, y tener un sumo cuidado en el trato, y sobre todo en reconocer que aspectos puede aportar para que la vida de las personas que se encuentran a su “cargo”, pueda ser  mejor.

Se ha puesto muy de moda en el mundo del deporte base las palabras formación y valores. Pero realmente ¿Somos consientes de cuáles son estos valores y en qué consiste la formación? Es muy fácil darse publicidad, lo difícil es ser coherentes y sobre todo entender que es lo que se puede aportar, ¿qué es lo que está al alcance del profesor? Veo demasiados equipos o dirigentes, entrenadores, profesores y demás,  colgarse la medalla de formación y valores: yo lo llamaría deformación y anti-valores. Quiero recordar también, que la mafia, los narcotraficantes y los corruptos, también manejan un código de “valores”.

No quiero entrar en detalles (no podría terminar el artículo), pero me cansa ver que jugadores en diferentes disciplinas deportivas del deporte base, abandonen pronto la misma por aburrimiento, porque no se divierten, me cansa ver a entrenadores-formadores, sacar pecho por haber  enseñado a no sé cuál jugador a regatear, golpear, lanzar, sabiendo que eso no se enseña, que puede proponer las tareas para que el niño participe con motivación y deseo de mejorar, pero se olvida de un principio fundamental en la relación enseñanza-aprendizaje: NO SE ENSEÑA, SE APRENDE.

Me preocupa, que la mayoría de los niños y jóvenes sean hoy en día sedentarios, y que cuando hacen educación física o el deporte en cuestión, no encuentren una alternativa para que piensen a través de su cuerpo.

Estamos en pleno siglo 21 y aún las estrategias de educación no cambian, mis hijos reciben la misma formación académica que recibí yo hace treinta años, sin entender que es un mundo distinto y sobre todo que estos niños son más evolucionados que los de mi generación. Un ejemplo: Hace poco mi hijo hacía el examen de educación física en su instituto, el mismo consistía en hacer una cantidad mínima de abdominales en cierto tiempo, en recorrer el máximo de distancia, en lanzar un balón medicinal a no se cuanta distancia, es decir, parecía más una oposición a bomberos, que una clase de Educación Física. ¿No sería mejor que hiciera bien un abdominal, que se dieran cuenta de su poca higiene corporal, que la educación física se debe destinar a comprender como funciona nuestro cuerpo y darle la oportunidad de expresarse?

Llevo más de 18 años entrenando en el fútbol base, y me asombra la poca preocupación que reciben estos niños por su futuro. Los entrenadores queremos ganar, no importa cómo, que hagan saltos de vallas, sentadillas, abdominales, no importan la calidad de los mismos, si importa  la cantidad. Cada vez me asombra más ver niños que en su etapa de crecimiento presentan las dismetrías propias del mismo, y me asombra la poca atención que tenemos sobre ello. ¿Por qué no se emplea tiempo en favorecer que hagan bien el abdominal, la sentadilla? ¿Por qué, no se les cuida la espalda o columna con ejercicios para fortalecer la misma? Sencillo, porque pensamos que lo importante es ganar el fin de semana, no que esos niños crezcan sanos y fuertes, no, lo importante es que quedemos campeones.
¿Educación? ¿Formación? ¿Valores?, hay una buena forma de “Enseñarlos”, la mejor y más sencilla: Dando el ejemplo, y para ello queridos entrenadores, profesores y monitores: Hay que formarse.

Cómo siempre se habla en este artículo de forma general, y no soy justo, hay algunos que si son verdaderos formadores, algunos para los que el resultado del fin de semana es sólo una consecuencia, algunos que saben que es más importante que los niños crezcan sanos y felices que si el niño aprueba o no la asignatura, esos son los verdaderos MAESTROS.



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