martes, 11 de noviembre de 2014

POR FAVOR DEJAD TRANQUILOS A LOS NIÑOS

Recurriré al mismo título del fantástico prólogo escrito por Joan Manuel Serrat para el libro, "Fútbol sin trampas" de Cesar Luis Menotti: DEJAD QUE LOS NIÑOS JUEGUEN EN PAZ.

 Luego de tantos años entrenando en el fútbol base, me siento con la autoridad suficiente (autoridad auto-cuestionada) para reflexionar sobre el cambio del paradigma metodológico en el fútbol formativo (Léase deporte o educación).

Hoy en el proyecto de la ED Vivasports, hablamos constantemente del aprendizaje por descubrimiento, del principal objetivo: SERVIR AL NIÑO.

Tengo la impresión de que es un hábito muy general que el niño durante su etapa de fútbol formativo (Hasta juveniles, aunque nunca se deja de aprender), aprende muy poco, creo que no es el ser humano el que fracasa, creo que es el sistema. ¿Cuál es el problema?, ¿Qué sucede en esta etapa para espantar talentos?, ¿Por qué el niño se va desilusionando?, ¿Por qué no quiere entrenar?

EL FORMADOR

El primer problema, no se entiende la función del formador. Si vemos un partido o entrenamiento de fútbol base, observaremos a un “entrenador”, dar constantes instrucciones, quejarse de tal o cual toma de decisión. Vemos en todo momento un adulto que dicta normas, dirige, alecciona. Vemos a su vez a niños obedeciendo y les vemos que sólo parece progresar aquel que hace caso al entrenador.

El papel del formador es determinante, parece que enseñar (si es que esto se puede hacer), es repetir una y mil veces lo mismo y  así automatizar al ROBOT (perdón, quise decir niño).

El fútbol es un juego, alguien en algún momento decidió inventar un proceso de entrenamiento, poco a poco fuimos convirtiendo a los jugadores en futbolistas dóciles, obedientes, súbditos del DICTADOR (otra vez perdón, quise decir Entrenador). Sin embargo ese alguien se olvidó de que el niño tiene que jugar, y que por cierto el juego es la mejor herramienta que existe para aprender.

El formador se olvidó que el entrenamiento es un momento para experimentar, en el cual se evalúan más los intentos que los aciertos, en el cual el entrenador debe fomentar el libre albedrío, debe dejar que el niño experimente y de rienda suelta a su capacidad y creatividad. Por eso me preocupa ver tantos entrenamientos donde al niño se le hace un adiestramiento canino: Coja el balón, zigzag entre conos, centre de primera, cabecee, despeje, no la pase atrás, no la despeje adentro…..y ver tan pocos que no intervienen. Siempre he dicho que un buen entrenador es aquel que molesta poco, a esto me refiero.


“NO SIGAN AL MAESTRO, SIGAN AL NIÑO” MARÍA MONTESSORI.

El formador no es el protagonista del proceso, los contenidos del entrenamiento tampoco, el protagonista es el niño y se debe respetar su ritmo de aprendizaje.

PROHIBIDO PROHIBIR

Dentro de ese proceso veo muchas reglas: juega a un toque, a dos, controla de esta forma, golpea de esta, nunca regatees cerca del área, nunca pases para adentro, nunca hagas pases horizontales…..Se nos olvida que el aprendizaje está íntimamente relacionado con el error, si no dejamos que hagan las cosas no se equivocarán y si no se equivocan no aprenden.

No quiero decir que no se utilicen las reglas de provocación (yo también lo hago), pero debe abundar el libre albedrío, el juego por el simple placer de jugar, de emocionarse, de vivenciar el mismo sin ataduras, sin comandante y sobre todo sin que se sienta la presencia del entrenador.


LAS EMOCIONES

Las emociones nos dirigen; atender, escuchar, sentirse queridos, reconocidos, es muy importante permitirles expresar sus emociones.

El ser humano aprende las cosas de acuerdo a un contexto emocional, jugar con alegría no es lo mismo que hacerlo con tristeza, jugar con atrevimiento no es igual que hacerlo con miedos. Celebrar un gol en un entrenamiento, enfadarse, reírse, sólo está permitido por el formador, no importa lo que sienta el niño, sólo importa la emoción del entrenador.

LA META ANTES QUE EL CAMINO

Cuando nos ponemos al frente de un equipo, ¿Cuál es la meta?, tenemos unos modelos marcados que creemos son los idóneos, tenemos una información que nos dice como controlar un balón en condiciones, como desmarcarnos, como regatear, etc., pero si no dejamos al niño experimentar no le permitiremos enseñarnos una nueva forma de hacer las cosas, es decir, si les damos libertad, aprenderemos del niño, mucho más de lo que ellos harán con nosotros.

La meta es sencilla, dejarlos en paz, que se recreen, que intenten crecer a través del juego y que lo hagan disfrutando del camino.


APRENDER O ENSEÑAR

¿Ustedes saben las cualidades que tiene un niño?, un niño de por si es creativo, curioso, observador y está en el formador saber fomentar esto, o no. El niño percibe, fantasea, pregunta, el niño quiere aprender (es algo natural), pero quiere hacerlo de forma lúdica, entretenida, y normalmente, los entrenadores, padres y docentes, hacemos minimizar estas capacidades por seguir un “modelo”.

El niño tiene la capacidad de aprender mucho sin mucho esfuerzo, sin mucha intervención del adulto. Podemos vivir sin saber cómo se golpea un balón (hasta algunos pueden ser futbolistas), pero, ¿podemos vivir sin jugar?, el niño aprende jugando y ahí está la clave, la experimentación de su cuerpo en la acción, permite que interactúen todas las estructuras que componen al individuo y eso no se olvida jamás.

Aprender es un proceso complejo, que depende de la interacción de dichas estructuras (emotiva, cognitiva, creativa, condicional, coordinativa, volutiva). Ver el momento del descubrimiento, de entender el porque de las cosas, es maravilloso. No hablo de aprender verdades, el niño tiene derecho a dudar de estas y a redescubrir otras formas de actuar.

Me alarma ver cómo queremos grupos homogéneos, para así hacerles trabajar lo mismo (es lo cómodo), sin entender que cada persona tiene su individualidad. A pesar de que cada adulto es diferente y nosotros cada uno nos creemos diferentes, buscamos que todos los niños sean iguales: puede haber mayor incongruencia.

Buscamos además que todos aprendan lo mismo, queremos que sean como este o aquel jugador ¿Cuál es el modelo?, de esa forma alimentamos un proceso excluyente, solo sobreviven los más aptos, sin preocuparnos del niño como persona.

A todo esto hablamos de “Fundamentos” o “verdades” que están escritas y creencias que tenemos muy afianzadas, pregunto: ¿No es mejor que el niño las descubra?, y aún mejor, ¿No es mejor dejar que el niño las cambie?

El aprendizaje es por descubrimiento, no porque alguien diga que se debe hacer de esta o de esta otra forma. Lo que se ejecuta se aprende, la coordinación está íntimamente ligada al aspecto cognitivo.

La formación sin libertad no lleva a ningún sitio, es importante que el niño tome decisiones sin nadie que pretenda enseñar o corregir, es importante que el niño proponga tareas ¿Alguna vez te los has planteado entrenador? Si no les permiten elegir, si no tienen autonomía, nunca sabrán tomar decisiones.

Educar viene del latín EDUCERE, que significa: Sacar de dentro. Esa es la habilidad del formador, buscar tareas que permitan al niño experimentar y sacar su máximo potencial.



EL ENTRENAMIENTO

En el fútbol base: ¿Se entrena o se juega?, al entrenamiento venimos a mejorar, a mejorar jugando y jugando se aprende mucho.Veo muchos entrenamientos donde se hacen tareas muy bien preparadas, pero donde el niño no juega, o tan solo juega un poco, eso si, con el correspondiente protagonismo del entrenador, que interrumpe constantemente para así no dejar jugar, el ha dado una gran LECCIÓN ( Yo igual caigo en error de corregir en demasía).

Otras veces veo tareas poco variadas, repetir, repetir, repetir, así se meten en la cabeza lo que queremos. Lo que no abunda es que se hagan tareas para que el niño comprenda. Se hacen entrenamientos donde el niño se aprende la jugada 1, la 2 la 3, o la del pasillo, peo no entiende el juego. Entonces aprender es aburrido, porque el niño no participa en la elección de la respuesta, esta se le da. ¿Alguien me puede decir cual es la decisión correcta a cada acción?, lo importante es que el niño lo relacione con sus capacidades y vivencias y que esto sea divertido.



COMPETIR O FORMAR

Otro aspecto es lo que se estimula la competencia, no entendemos que los que pierden se sienten mal. Hoy en día se habla de paz, y la competencia e el inicio de todas las guerras. ¿por qué no enfocarse en la cooperación?, ¿en la solidaridad? Hay una pregunta constante: ¿Formar o Competir?, mi respuesta es absoluta: FORMAR y COOPERAR. El día de la competencia no es una oportunidad para vencer al rival, es una oportunidad para ver como vamos creciendo, mejorando y el rival es quien nos ayuda a superarnos, pero partiendo siempre de que para mejorar debemos cooperar entre todos, ayudarnos, ser solidarios, siendo inclusivos y no excluyentes.

La verdadera competencia es intentar ser cada día mejor de lo que uno es, sin comparaciones con los demás, tan solo comparándonos con nuestra propia capacidad de crecer.

 DEJEMOS A LOS NIÑOS EN PAZ


El formador debe proponer, no imponer,; el campo de fútbol debe ser un espacio abierto de experiencias lúdicas. El formador debe aprender y proponer el trabajo en grupo, a ponerse de acuerdo, a plantear soluciones. Es importante la figura de  la “asamblea”, en la cual ante una situación, conflicto o resolución del problema, el formador tenga voz pero no voto en la misma. Hay que pedir opinión al jugador, cooperar, los organismos que cooperan sobreviven, los que no aprenden a cooperar desaparecen.

La tarea del formador es tan compleja que necesita del trabajo en equipo, así no hay una respuesta perfecta, sino hay tantas como diferentes formas de entender el juego existan dentro del grupo “no hay que creer que se está en posesión de la verdad”. La metodología no es idónea, es cambiante de acuerdo al contexto que la rodea.

¿Se podría formar sin entrenadores?, creo que si, ¿se podría formar sin docentes?, tal vez sí. El autodescubrimiento que experimenta el niño jugando en la calle, jugando libre es muy difícil de remplazar, en este espacio cada niño se expresa y experimenta hacia aquello que le gusta. Por esto el formador debe ser un guía para motivar al niño, cuidar al niño, el formador debe quitarse la prepotencia de creer que el ENSEÑA.

Un formador debe cuestionarse en todo momento, no dejar de hacerse preguntas. ¿Qué sientes cuando estás entrenando?, el entrenador debe estar en un continuo proceso de autodescubrimiento o autoformación, el formador debe amar lo que hace, debe tener ganas de jugar, debe tener ganas de tirarse al suelo, de celebrar un gol, de saltar, de correr.  Esta es la mejor manera de mostrarse feliz en lo que se hace y así transmitirla a sus jugadores. El entrenador debe recordar que le gustaba hacer cuando era niño.

“EL MUNDO SE VE CON ALEGRÍA DESDE LOS OJOS DE UN NIÑO” WALT DISNEY.

Según varios estudios, un niño hasta los cinco años es un genio, sin embargo esa capacidad la va perdiendo, un niño tiene una gran imaginación, pero la va perdiendo, porque los adultos decimos que es un “soñador”, sin saber que los grandes hombres de la humanidad han sido y serán “soñadores”.

Es labor del formador (junto a sus padres y docentes), alimentar el potencial del niño, buscar las herramientas lúdicas para que el niño tenga la mente abierta. Así querido entrenador, trabaje en mejorar en variar, en redescubrir nuevas herramientas que permitan hacer crecer a esos niños.

La infancia es lo más hermoso de la vida, dejemos que la disfruten jugando y por favor: Padres, entrenadores, docentes, abuelos, hermanos, DEJEMOS A ESTOS NIÑOS JUGAR Y APRENDER EN PAZ


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